"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

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El blog de Pelayo Castillo Palacios

miércoles, 13 de diciembre de 2017

EL HOSPITAL DE NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES HACE 300 AÑOS

Seguiremos desgranando nuestra historia iliplense conforme nos vayan apareciendo noticias cuando menos curiosas.

En esta ocasión le toca a un edificio emblemático de nuestra localidad, el Hospital de Nuestra Señora de los Ángeles. Un edificio que ha pasado por múltiples usos a lo largo de los últimos años, la última centuria nos atreveríamos a decir. Pero que en este caso lo que nos motiva a realizar esta nueva entrada es una pequeña anotación en los libros de actas capitulares que nos dan algunas pistas que sumar cual granos de arena a la montaña de la Historia y el Patrimonio iliplense.



Vaya en primer lugar la transcripción del acta de cabildo del 1 de febrero de 1717, es decir, hace poquito más de 300 años:

En la villa de Niebla en primer día del mes de / febrero de mill setecientos y dies y siete años. Se juntaron a /  cabildo sus mercedes, el señor don Gonzalo Francisco de Torres y Men- / doza, abogado de los Reales Consejos, Corregidor y Justicia Mayor y Ca- / pitán de Guerra desta dicha villa, su condado y villa de Trigueros. / Don Francisco Domínguez, Alcalde Ordinario, don Francisco de Bides / Jurado, don Manuel de Arjona Muriel, don Juan Francisco / Pacheco y don Antonio Jurado, regidores, y estando juntos / acordaron lo siguiente:/



No todos los miembros del Cabildo tenían porqué asistir siempre, era necesaria la presencia de uno de los alcaldes ordinarios, un mínimo de los regidores y, dependiendo de los temas a tratar, era necesaria la presencia de cargos específicos, tales como tesorero, secretario, familiar del Santo Oficio, etc.

Quisiéramos igualmente hacer un inciso en la expresión…desta dicha villa, su condado… Evidentemente no habría nada más que añadir, pero Niebla era cabecera de “su condado” desde 1368, continuaba siendo “su condado” en 1717, en documentos posteriores que hemos consultado sigue siendo “su condado”… aunque muchos argumenten razones más que peregrinas, queda claro documentalmente que en esta tierras sólo hubo un condado: el de Niebla.

            Continúa el documento:

En este cabildo se presentó una petición por el licenciado Martínez Bravo administrador del / Hospital de Nuestra Señora de los Ángeles desta villa, pidiendo lisencia para / labrar un horno de cal en el sitio de Peña Seca, para la obra / que tiene dicho hospital que haser. Y leída se consedió la licencia / sin perjuicio en la forma ordenada, por una vez, pagando / los interés que tocan a su excelencia y alcalde desta villa // (7vº) y asimismo por dicho eclesiástico se pidió lisencia para cortar / la madera nesesaria para un rodesno[1] para el molino que / tiene que llaman de San Martín; que visto por sus mercedes [dicho] cabildo, consedieron dicha lisencia en la forma ordinaria, auién- / dose de cortar en los baldíos parte de la sierra, campo / El Labradillo y que la corta a de ser en árbol ynfrutífero y / machial[2] auiéndolo; y en esta forma y no en otra se con- / sediere dicha lisencia. /  

A.M.N leg. 9 fol 7.


Podemos inferir que en este año el Hospital se encontraba realizando obras de reforma o mejoras, que incluían el encalado de las paredes, hecho dóblemente lógico en una institución sanitaria, por los atributos antisépticos y la imagen de limpieza que en el siglo XVIII se atribuía a la cal. Igualmente queremos destacar que, por otras licencias concedidas en documentos de nuestro archivo, Niebla y sus tierras ricas en calcarenitas era un lugar muy solicitado para este tipo de materiales.

También nos ha llamado la atención la propiedad de un molino de ribera que tenía el mencionado Hospital de Nuestra Señora de los Ángeles, concretamente el molino de San Martín, que actualmente conserva parte de su estructura muraria en la orilla izquierda del río Tinto, aguas abajo de Niebla, a un kilómetro escaso de la población. Forma parte de los molinos harineros que plagaban las orillas del Tinto, para el término de Niebla actual se conservan restos de siete de ellos: del Cuervo, Helechoso, del Puente, dela Puerta del Buey, San Martín, de Loza, Angorilla y la Higuera. Como su propio nombre indica eran molinos destinados a tratar los cereales para fabricar harina, en el caso del Hospital inferimos que sería para consumo propio, aunque tampoco se puede descartar una comercialización del excedente.




Otro dato que no deja de sorprendernos es el interés que el cabildo tiene por proteger sus frutales, indicando exprofeso que la madera que extraigan de la corta debe ser de un árbol silvestre, evidentemente en estos años en los que la economía municipal se encontraba en horas bajas, como lo demuestran las actas capitulares, cualquier daño a las propiedades públicas se intentaba evitar a toda costa.


PELAYO CASTILLO PALACIOS y ANTONIO BONILLA GILES



[1] RAE: rodezno.
Del lat. *roticĭnus, de rota 'rueda'.
1. m. Rueda hidráulica con paletas curvas y eje vertical.
2. m. Rueda dentada que engrana con la que está unida a la muela de la tahona.

[2] En desuso, se refiere a perteneciente a montaña, monte o silvestre.

lunes, 23 de octubre de 2017

ENTERRANDO EL PATRIMONIO



¿Sabéis que era este enorme hueco?

En mi opinión una incongruencia y una injusticia histórica para con el patrimonio iliplense y uno de sus principales defensores.

Precisamente durante el año 2017 se ha venido “celebrando” por parte de nuestro Ayuntamiento el “Año de Elena”, la inglesa que se vinculó a Niebla en 1917 y que ha recibido reconocimiento ¿insuficiente? vista la guinda del pastel.

Una vez introducido el tema, os aconsejo para completar la información las publicaciones sobre el ilustre personaje que tan doctamente ha realizado nuestro paisano Juan María Acosta Ferrero. Fue hace un tiempo, tras leer su tesis doctoral cuando descubrí un pequeño edificio situado en “Los Portales” (tal y como yo los conocía) o la Barriada de Santa Catalina (tal y como la edificó su promotora). Pues sí, entre 1926 y 1929 se permutan las casas de esta barriada a las personas que vivían dentro del Castillo y en sus “muretes”, tal y como defiende Acosta en su tesis, fue probablemente la mayor obra social de “La Inglesa” en Niebla, toda una serie de viviendas sociales que contaba con ¡su propia capilla!, una dedicada a Santa Catalina y para la cual solicitó la intercesión de D. Manuel Siurot de Huelva ante el Cardenal de Sevilla en 1930 para la bendición de la misma.

No sé si se llegó a bendecir o, si llegó incluso a abrirse al culto; si es cierto que mis recuerdos de 50 años sólo me llevan a su uso como tienda. Pero lo que considero una injusticia histórica es que el último resto inmueble que podemos vincular a alguien tan importante para el conocimiento y divulgación de nuestro patrimonio haya desaparecido en un momento bajo una inmisericorde maquinaria moderna. Sí señor, el hueco de la foto es lo que queda de la CAPILLA DE LA BARRIADA DE SANTA CATALINA.

Desde mi desconocimiento legal del referido local, probablemente privado y con perfecto derecho de uso por parte de su propietario, si me hubiese gustado otra actitud por parte de un Ayuntamiento que, en tiempos pretéritos, ha podido influir en propiedades privadas por el bien del patrimonio (recordemos las casas adosadas a la muralla), un Ayuntamiento que es conocedor del derribo por la necesaria licencia que debe pasar por sus manos. Niebla no se caracteriza por edificios privados con historia, nuestro patrimonio inmueble es muy moderno y el antiguo nulo para una ciudad con ese pasado. ¿Nadie es capaz de pensar en una pequeña sala tematizada y que diera a conocer a la/nuestra Inglesa?


Triste final para un año que se suponía debía servir para realzar la imagen de un personaje fundamental en la arqueología iliplense, aunque su acto principal sólo haya servido para que nuestros gobernantes se hicieran una foto delante de un cartel que rezaba “Condado de Huelva”. Así defendemos lo nuestro.



Pelayo Castillo Palacios
Antonio Bonilla Giles

jueves, 7 de septiembre de 2017

LA ANTIGUA ERMITA DE LA VIRGEN DEL PINO

            Con motivo de las Fiestas Patronales de este septiembre, el Exmo. Ayuntamiento publica y entrega la revista anual en la que, tradicionalmente se inserta algún artículo histórico. En el presente año tenemos que explicar nuestro desacuerdo con el dedicado a la Ermita de la Virgen del Pino, evidentemente no con su última y actual ubicación que, por motivos obvios no trataremos, pero sí con la afirmación de que la denominada “hermita arruinada” del croquis que en mayo de 1810 realiza Josef Ibañez, dentro del marco de la Guerra de la Independencia sea la ermita antigua de la patrona iliplense. Aspecto con el que no podemos estar de acuerdo, al menos hipotéticamente y sobre una serie de razones que enumeraremos; por supuesto, sobre la base  de indagaciones propias y lecturas de otros investigadores, adelantamos que no hemos encontrado ninguna ubicación exacta de la referida ermita, aunque sí bastante aproximada.
           
Croquis de 1810


SANTA MARÍA DE LAVAPIÉS

Pensamos que la advocación de la Virgen del Pino, procede de otra más antigua, la de “Santa María de Lavapiés”, como se atestigua en el testamento de Urraca Fernández, vecina de Niebla, quien el 10 de febrero de 1349 dona dos maravedíes:

E mando a las obras de las / eglesias de Santa María de Lauapiés,” (ANASAGASTI y RODRIGUEZ, 2006) (VILAPLANA, 1975).
            
           En 1396 (3 de octubre), el I conde de Niebla, Don Juan de Guzmán, otorga testamento en el que se indica:

“E mando a la hermita de San Christóual de Niebla e a Santa María de Lauapiés, que son término de la dicha villa a cada vna dellas veinte maravedís”
           

VIRGEN DEL PINO

Si damos veracidad a Fray Felipe de Santiago (1714) quien nos narra la aparición de la Virgen en un pino en julio de 1480 y que daría su nombre actual a la patrona iliplense (ALZOLA, 1991), consideramos que se produce un cambio en el nombre de la advocación de Santa María de Lavapiés por el de Virgen del Pino, debido a la mencionada aparición. Aunque hay autores que justifican el cambio de advocación a motivos estilísticos, relacionando la talla de una imagen barroca con el mismo (GONZÁLEZ y CARRASCO, 1981).
            
         Independientemente del motivo, la referencia más antigua que hemos leído en el Archivo Histórico Municipal[1] nos retrotrae a 1641:

“Que se traiga nuestra / señora del Pino (nota al margen) / En este cabildo se acordó se traiga Nuestra Señora del Pino / de su ermita a la yglesia maior desta villa y se le diga un / nouenario de misa cantadas por los temporales / y para que cuiden desto nombraron por diputados / a los dichos Gonzalo de Baldelomar y Diego / Alonso Coronel /”


  A.M.N. leg nº5 fol. 179 vº


Desde este siglo XVII ya se usa con seguridad y plenamente la advocación de Virgen del Pino.

El 10 de diciembre de 1755, al alcalde Mayor de Niebla envía una relación de los desperfectos que el terremoto de Lisboa había causado en la jurisdicción de Niebla, en la misma encontramos:

“La felicidad de no haberse experimentado en esta villa la desgracia de persona alguna ni el estrago que se ha oído de otros pueblos inmediatos, se atribuye al benigno patrocinio de la devota Imagen de Nuestra Señora del Pino, singular abogada en cuantos desconsuelos han afligido a este pueblo, que se venera en su ermita que está a distancia de medio cuarto de legua en un valle, inmediata a un arroyo que llaman Lavapiés, en cuya ermita con la casa de su santero y hospedería no se ha visto que dicho terremoto ocasione quiebra ni el más leve desconchado no siendo sus fundamentos los más fuertes”

Tomaremos como medida la legua castellana en sus dos dimensiones más “oficiales”, la del siglo XVI (1 legua = 6666,66 varas = 5572,7 metros) y la que establece en 1769 una Real Orden (1 legua = 8000 varas = 6687, 3 metros); de esta forma “medio cuarto de legua” supondría una distancia entre 700 y 840 metros aproximadamente, eso sí en un valle del Lavapiés.

Ubicación de las dos ermitas conocidas, antigua (S) y actual (N)

Si reconocemos la misma devoción bajo dos advocaciones distintas, debemos suponer igualmente que la ermita de la Virgen ha estado siempre vinculada al arroyo de Lavapiés, retirado de la ubicación junto al río Tinto que se hace en la Revista de las Fiestas. Ubicación que ha sido un continuo en la tradición romera iliplense, de hecho, las antiguas romerías de las Cruces (que acabaron siendo sustituidas por la actual de la Virgen del Pino) se realizaban a orillas del Lavapiés donde se encuentran las ruinas de una ermita que nunca llegó a terminarse, más cercana al pueblo que la actual.


Imagen del siglo XVII, tomada del muro de facebbok de Patrimonio Fotográfico y Documental Iliplense


HERMITA ARRUINADA

Si descartamos la “hermita arruinada” como la de la Virgen del Pino ¿a qué corresponden tales ruinas? Pues tal y como refiere el investigador Enrique Infante Limón en su tesis doctoral (inédita) o en su artículo sobre las consecuencias de la Guerra de la Independencia en Niebla (INFANTE, 2013), todos los indicios apuntan a que fueran los restos de la parroquial de San Lorenzo, una de las cinco collaciones que hubo en Niebla con posterioridad a su conquista por Alfonso X.

Tanto en el mencionado testamento de Urraca Fernández como en otro posterior de Inés Sánchez, de 1383, se menciona la iglesia de San Lorenzo del Arrabal, dicha cercanía al arrabal hace mucho más plausible que las ruinas fueran de dicha parroquia. En una visita arzobispal de 1685 se dice de ella que estaba de Niebla “tan distante como está el convento de San Diego de la Puerta de la Carne de Sevilla”. Mientras que Rodrigo Caro puntualizaba que se levantaba “bien lexana de la villa que hasta allí ocupava su arrabal, y se ven los fundamentos de las casas y calles” (INFANTE, 2013). Actualmente no existe el convento franciscano de San Diego, en su lugar hay una glorieta del mismo nombre que dista unos 800 metros de la Puerta de la Carne, distancia que si se acerca mucho más a la existente en el croquis entre la ermita y el casco urbano iliplense. Ruinas que fueron definitivamente destruidas por los franceses según se recoge en una visita arzobispal de 1817.

Como conclusión al presente artículo queremos puntualizar que no conocemos documentación original sobre la exacta ubicación de la ermita de la Virgen del Pino (o de Santa María de Lavapiés en su caso), quizás los documentos del AMN nos lo desvelen en un futuro, pero lo que conocemos acerca de San Lorenzo extramuros nos hacen sospechar que la “hermita arruinada” fueran los últimos restos de su parroquia.

Aprovechamos igualmente para felicitar a todos los iliplenses en sus fiestas patronales.



Pelayo Castillo Palacios
Antonio Bonilla Giles




Bibliografía:

-                   - ALZOLA GONZÁLEZ, JOSE MIGUEL. En “Revista de las Fiestas 1.991”

- ANASAGASTI VALDERRAMA, ANA MARÍA y RODRIGUEZ LIAÑEZ, L. Niebla y su tierra en la Baja Edad Media: historia y documentos  [Huelva] : Diputación de Huelva, Servicio de Publicaciones, 2006, 2 v.

-             - CARO, RODRIGO.(1634) Antigüedades y Principado de la Ilustrísima ciudad de                   Sevilla y Chorografía de su convento jurídico o antigua Cancillería. Sevilla. Capítulos             LXXXI.

-            - GONZÁLEZ GÓMEZ, JUAN MIGUEL; CARRASCO TERRIZA, MANUEL JESÚS.              Escultura Mariana onubense, Historia-Arte-Iconografía. Instituto de Estudios Onubenses.      Diputación Provincial de Huelva. 1981

      - INFANTE LIMÓN, ENRIQUE. Consecuencias de la Guerra de la Independencia en el patrimonio cultural de Niebla (Huelva). En “Laboratorio de Arte” num 25. 2013. Pp 643-647.

-              - PEÑA GUERRERO, MARÍA ANTONIA. El tiempo de los franceses. La guerra de la             Independencia en el suroeste español. Cuadernos de Almonte, núm. extraordinario I.           Almonte. 2000.

-               - VILAPLANA MONTES, MARÍA ASUNCIÓN. La colección diplomática de Santa                Clara de Moguer, 1280-1483. Universidad de Sevilla, publicaciones de la Universidad           nº 30. 1975.
-           
-                - VILLEGAS MARTIN, JUAN y MIRA TOSCANO, ANTONIO. Diario de las                           operaciones de la División del Condado de Niebla que mandó el Mariscal de Campo             D. Francisco de Copons y Navia. Edición facsímil. Universidad de Huelva. 2011.

           - AMN (Archivo Municipal de Niebla)




[1] Los legajos 3 y 4 del AMN no hemos podido aún consultarlos por motivos de conservación, es por lo que no podemos asegurar alguna referencia más antigua a la que aquí publicamos

martes, 14 de febrero de 2017

AUTO DE BUEN GOBIERNO

A principios de año se nombraban los cargos municipales para el corriente y , sobretodo en el periodo de la Ilustración, se publicaban los  “Autos de Buen Gobierno”. Son disposiciones municipales que tratan de regular diversos aspectos de la vida local, normalmente responden a necesidades particulares de la población y problemas comunes y reiterativos que necesitan de una ordenación general para su cumplimiento. Aunque con otro nombre se recogen en ordenanzas municipales más antiguas, es con la Ilustración cuando se generalizan en todos los Ayuntamientos españoles. En el caso concreto de las ordenanzas iliplenses del año 1842, son una copia y/o repetición de las del 41, pero éstas estaban incompletas (faltando los puntos 5 y 6). No sabemos si se copiaron por inercia o los problemas que se tratan son tan comunes que era necesario repetirlos año tras año, lo que también nos hace dudar de su efectividad. Os transcribimos las del año 1842 para que veáis que los problemas eran de lo más diversos:



Acuerdo del / día seis de enero (nota al margen)

En la villa de Niebla en seis de enero de mil ocho- / cientos cuarenta y dos, reunidos en sus salas / Capitulares los señores que componen el Ayunta-/ miento Constitucional, se hizo presente por el  / señor presidente, debía tratarse del Auto de buen / gobierno que debía regir en esta villa en / el presente, y en su vista acordaron / sus mercedes autorizar el mismo dicho precio / para la observancia y egecusión del siguien- / te: /

1º. Se prohíbe a toda persona blafemar de Dios, ni de / su Santísima madre, ni proferir palabras inde- / corosas por las plazas y calles de esta villa / contaminando con tal mal ejemplo la jobentud // (8rº) ni poniéndose lo mandado en / este ayuntamiento la multa irremisible de veinte / reales por la primera, doble por la segunda y / de proceder por la tercera contra el causante / con arreglo a las leyes /

2º. Se prohíbe igualmente que pasadas las / horas de las nuebes en el invierno, y las / diez en el verano, permanescan abiertos / los establecimientos de casas de vevida / imponiéndose desde luego a sus dueños / la multa de veinte reales en cuya pena in- / currirán también los concurrientes que se / encuentren las espresadas horas / en dichas casas de vevidas, a cuyos dueños / se duplicarán caso de reisidencia la espresada / multa, y por la tercera ves se le hará serrar el / establesimiento con lo demás que corres- / ponda.

3º Procurarán todos los vecinos limpieza y aseo / de todas las puertas, barriendo con frecuencia/ todo el frente de ellas hasta la corriente / no dando lugar a que por la autoridad se le / prebenga lo verifique, en cueyo caso satisfarán // (8vº) en punto de su omición al alguacil los derechos de / sus diligencias.

Calle San Walabonso en 1891, se puede observar la linea en el empedrado que marcaba la "corriente"

4º. Siendo penoso a la conservación de los / sembrados el tránsito de los jumentos y de- / más bestias caballares sin el uso de los / bosales tan recomendado, se prohíbe desde / luego, a todo dueño de caballerías, se transite / con ellas sin bosal; conminándose con la / multa de  cuatro reales al que faltare lo man- / dado en este ayuntamiento, duplicándose en caso de rei- / sidencia.

5º. Se prohíbe anden perros por las calles por lo / dañoso que es a la salud pública y por lo que pudiesen causar a los niños de corta / edad, como se ha esperimentado en algunas / ocaciones, si no en esta villa, en algunas otras / poblaciones, ni usándose por consecuen- / cia, se observe así con la pena que se impone / por primera ves al dueño de cada ves que / saprenda de cuatro reales, doble por la según- / da y de proceder a lo demás que corres- / ponda contra los infractores a lo prevenido / en este ayuntamiento.

6º. Se prohíbe a toda clase de persona el uso de / armas prohibidas, quedando sugeto el que / se le aprenda con ellas las penas estableci- / das por las leyes.


AMN. Leg 20 fol 7vº (Actas de Cabildo)



Pelayo Castillo Palacios y Antonio Bonilla Giles

jueves, 5 de enero de 2017

MIGUEL DE CERVANTES, RECAUDADOR EN NIEBLA

El pasado 10 de noviembre publicaba Manuel Mora en su blog un artículo inédito sobre la presencia de Miguel de Cervantes en Lucena, ver http://lucenahistoria.blogspot.com.es/2016/11/miguel-de-cervantes-en-un-documento.html . No voy a ahondar en los hechos que motivan la presencia del ilustre escritor por tierras del Condado de Niebla, lo podéis leer amplia y doctamente explicado en el referido blog.



Esa envidia sana que motiva a todo curioso y estudioso de su historia hizo que nos pusiéramos a leer con detenimiento las actas capitulares correspondientes a finales del siglo XVI, recogidas en el legajo número 1, del que existe copia digitalizada, realizada durante su restauración.

Días más tarde, el 19 de noviembre, en la vecina Villalba del Alcor, se celebraba una conferencia a cargo del historiador moguereño José Luis Gozálvez Escobar sobre la presencia de Cervantes en el condado de Niebla. A estas alturas ya teníamos noticias del insigne personaje referentes no sólo al condado sino a la misma villa de Niebla.

En el periódico digital Huelva Buenas Noticias podemos leer el siguiente artículo http://huelvabuenasnoticias.com/2016/02/24/cervantes-en-el-condado-de-niebla-a-proposito-de-un-aniversario-casi-olvidado/ donde también se hace una extensa explicación de las motivaciones y andanzas cervantinas por estas tierras onubenses.

José Luis Gozálvez refiere que “en el archivo de Niebla hay constancia de la asignación de 600 fanegas de trigo a recaudar entre Villarrasa, Bonares, Lucena, Rociana, Valverde, Calañas, Villanueva de las Cruces, Santa Bárbara, Cabezas Rubias y Niebla, pero sin aludir a Cervantes”. Incluso en el mapa coloca la visita a Niebla el 26 de noviembre de 1593.

Hoy queremos, a modo de regalos de Reyes Magos, haceros partícipes del siguiente descubrimiento en nuestro archivo:

En Nyebla, veinte y siete días del mes de jullio / de mil e quinientos y noventa y tres años, se / juntaron a cabildo Juan Luzero y Rodrigo Al- / uarez, alcaldes hordinarios y Juan Prieto de / Vayas y Andrés de Gallegos y Francisco de / Avendaño y el licenciado Ramirez, regi / dores,  y Juan Rodriguez Mocho, procurador /
XC Fanegas de trigo / para las galeras (nota al margen) /
En este cabildo presentó una comisión Migu- / el de Çervantes, comysario por Miguel / de Oviedo, proveedor y contador por su Magestad por la qual  desta villa se ha- / ga casa y cata y conduzca todo el tri- / (391rº) go que pudiere hallar entre los vecinos / della, para el proveimiento de las / galeras de España y por [   ] causar mo- / lestias que se podrían h[a]cer a los vecinos / se tomó asiento con el dicho Miguel de / Çervantes, comysario, que se le de y sir- / va desta villa a su magestad con no- / venta fanegas de trigo, el qual se reparta entre / los vecinos della y s[e] [l]ance repartimi- / ento los alcaldes desta villa.
Juan Luzero [firma]

Archivo Histórico de Niebla. Legajo nº 1 fols. 390vº y 391rº



Imágenes del leg. 1 con el nombre de Cervantes resaltado.

Cuando se refiere al “trigo para galeras” es precisamente el que se usa para la base de la alimentación en estos barcos que dominaron el Mediterráneo durante los siglos XVI y XVII. Hubo armadas de diversa índole, aunque todo hace suponer y dado el encargo y referencia que se hace en el acta a “su magestad” que es la armada real la que debe ser abastecida, y Sevilla uno de los puertos principales para tal menester. Con el trigo recaudado se elaboraba el “Bizcocho de galera”, un pan horneado dos veces para que aguantase durante más tiempo que se comía junto a un potaje de habas o garbanzos y agua.
Galera del Adelantado Mayor de Castilla en el s. XVI

Un testimonio que añadir a los ya estudiados con anterioridad y que ponen de manifiesto la presencia del insigne escritor en tierras onubenses, poniendo Niebla, al igual que las localidades mencionadas por los dos historiadores anteriores, junto a las localidades que tuvieron el privilegio de recibir a Miguel de Cervantes.

Ni que decir tiene que hemos peinado toda la documentación relativa al año 1593 que creemos hay en nuestro archivo, sin encontrar nuevas noticias sobre Cervantes, pero al igual que este descubrimiento, pensamos que todavía nos quedan muchas y gratas noticias que revelar.

Son estos pequeños trocitos de nuestra historia los que compensan las horas de trabajo: consultas, fotografías, viajes, transcripciones, revisiones, etc… sean por bien empleadas si el premio final son estas perlas de nuestra sociedad pasada.

 Disfrutad de este pequeño regalo navideño.

Pelayo Castillo y Antonio Bonilla

Amantes de nuestra Historia iliplense.