"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

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El blog de Pelayo Castillo Palacios

lunes, 14 de marzo de 2016

PUERTA DE SIVILLA

         No es un error a la hora de escribir, es tal y como se puede leer en 1581 en el acta de Cabildo.

            No hace mucho hablamos de la puerta de Sevilla, dando por obvio que siempre habían tenido puertas, pero lo bueno que tiene la documentación no transcrita es que lo que sabías ayer, mañana puede ser completado, desmentido o transformado en una nueva interpretación.

            Pues por lo visto cuando se mandan hacer las puertas para la de Sevilla, ésta carecía de ellas. Os colgamos un fragmento del legajo 1del A.M.N. (leg1 8rº)

         Que se fagan puertas / para la puerta de Sivilla (nota al margen)/
         En este cabildo se acordó que porque esta villa esté mejor g[uar-] / dada de las personas de fuera que en ella quisieren entrar, [que] / los tres pinos que se quitaron de la puente, se asierren y se [fa-] / gan unas puertas para la puerta de Sivilla y por ello se [   ] / mete a el Sr. alcalde Melchor de Parrales

            Por lo que nosotros interpretamos, se talan tres pinos que deberían ser de considerable tamaño, al menos para que con ellos se puedan construir unas puertas de madera, los mismos se quitan de "la puente", sin poder ubicar con exactitud el lugar al que se refiere, posiblemente las orillas del Tinto, que estarían pobladas de estos árboles, recordemos que el eucalipto no se introduce hasta la implantación de Celulosa en el siglo XX.
            Igualmente, y gracias al mismo legajo sabemos que es el oficial carpintero del Duque, encargado de las obras de sus fortalezas y que en esos momentos se encuentra en Niebla quien realiza el encargo que le hace el Cabildo. El referido oficial se llama Antón Camacho, que es contratado por los alcaldes ordinarios D. Melchor de Parrales y D. Alvaro Viera.


            Lo más llamativo de todo es el motivo por el que se colocan las puertas, “porque esta villa esté mejor guardada de las personas de fuera que en ella quisieran entrar”. No son motivos económicos (cobrar el portazgo), ni políticos (cualquier tipo de guerra), ni siquiera de exclusión social (forasteros e indeseables). Como veremos en posteriores publicaciones, los motivos son mucho más peligrosos…

            ¡LA PESTE!

            Pero mantendremos el suspense hasta nuevas entradas.


            Antonio Bonilla Giles y Pelayo Castillo Palacios

domingo, 6 de marzo de 2016

CUMPLIENDO TRAMITES

            PORQUE EL RECONOCIMIENTO NO SE CUELGA DE UNA PARED.

            “El papel lo aguanta todo”, es una expresión que llevo oyendo desde hace muchos años, en resumen no viene más a significar que no todo lo que se escribe es absolutamente cierto, ni siquiera se aproxima a la realidad en muchas ocasiones.

            No quiero engañarme a mí mismo, son la educación y el cariño los que colman mis razones, de igual manera creo sinceramente que es la amistad personal la que ha permitido cumplir con un trámite que, con el corazón en la mano, no hubiese sido posible. Es la misma amistad la que me mueve a obviar nombres, tanto en un lado como en el otro, pero sinceramente mis sentimientos están igual o más encontrados que el día en que me propusieron recoger el “escrito reconocimiento”.


            Ahora, desde la distancia y con el trámite cumplido, es hora del análisis.

¿Merecido? Posiblemente, lo poco o mucho que realicé lo hice desde la más sana intención, hasta donde pude y como respuesta a un compromiso adquirido para quien me hizo la primera propuesta, de igual forma que el fin de este compromiso fue respuesta a quien motivó mi último compromiso.

¿Sorprendido? Bastante, porque vistas las condiciones que forzaron mi marcha no deja de parecerme antagónico que quienes no hace tanto pedían tu cabeza, ahora te feliciten y sonrían cuando hay público, pero quiero seguir pensando que quien demostró sinceridad y amistad desde el primer momento ha obtenido esta pequeña victoria.

¿Justo? Decididamente no, porque, en mi modesta opinión, por el camino se quedaron otros más merecedores que yo de tal reconocimiento, bien por injusto olvido de los otorgantes, bien por valiente rechazo del otorgado; permitidme el farragoso uso del lenguaje, porque es mi intención obviar nombres.


Aun así, y para justificar la primera frase de la entrada, estoy seguro que el verdadero reconocimiento no se podrá colgar de una pared, meter en una vitrina o enmarcar. Vendrá probablemente sin esperarlo, en cualquier calle de Niebla, con un simple apretón de manos, un breve comentario, un momento especialmente recordado o simplemente una mirada cómplice. A todos vosotros, estos últimos, os agradezco enormemente cada momento vivido y las experiencias compartidas que me han hecho ser mejor persona.


viernes, 4 de marzo de 2016

CERRANDO PUERTAS EN EL XVI

            La de veces que habremos pasado por la Puerta de Sevilla sin detenernos a pensar sobre su disposición antigua. Estamos acostumbrados a atravesarla con nuestros vehículos sin más dilación que un pequeño frenazo o disminución de la velocidad cuando coincidimos con algún peatón, local o foráneo con su sempiterna cámara fotográfica.



            Sin embargo nuestro trabajo de campo sobre los documentos de nuestro archivo va dejando pequeñas perlas que compartir. Esta es una más.

            Aprovechando las efemérides, un recurso bastante productivo para los blogueros, nos centraremos en un tres de marzo de hace bastantes años:

Viernes, tres días del mes de março de 1581 años /
Libramiento (nota al margen) / En este cauildo se mandó librar al tesorero desta villa sesenta y / dos reales que pago a los aserradores que aserraron los pinos / para las puertas de la Puerta de Sivilla, que son a cumplimiento / de ochenta y dos reales que se les avían de dar por el trabajo / de aserrar los dichos pinos /

AMN, Leg. 1 fol 10rº.

            Como vemos Niebla tuvo sus puertas de madera durante mucho tiempo, evidentemente servían para cerrar y abrir la ciudad por muchos y variados motivos, algunos de ellos serán publicados en este blog, pero eso será otra pequeña microhistoria de nuestro pueblo. Mientras tanto esperamos que a partir de ahora podáis observar de una forma distinta las entradas de nuestro recinto.

Pelayo Castillo Palacios

Antonio Bonilla Giles.