"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

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El blog de Pelayo Castillo Palacios

martes, 23 de febrero de 2016

EN ESTE CABILDO SE JUNTARON...

En este cabildo se juntaron…

            La decisión era bastante fácil, si queríamos hablar de la vida cotidiana de la Niebla pasada nos teníamos que ir a sus gobernantes locales, al lugar donde se tomaban las decisiones municipales: EL CABILDO.

            Por tanto, y para seguir con un orden lógico empezamos por el legajo nº 1, que contiene las Actas Capitulares más antiguas que se conservan en el Archivo Municipal de Niebla (en lo sucesivo A.M.N.)

            El Cabildo es lo que actualmente consideramos el equipo de gobierno o los alcaldes y concejales, más otras personas encargadas de funciones diversas, conforme vayamos publicando entradas irán apareciendo los diversos cargos que, teóricamente, se renovaban al inicio de cada año, pero en la práctica podemos observar que los nombres se van repitiendo en años sucesivos, hecho nada fuera de lo común si tenemos en cuenta que Niebla, desde el siglo XIV estuvo bajo la jurisdicción señorial del Ducado de Medinasidonia y condado de su nombre, o lo que es lo mismo, era el duque quien nombraba a los cargos de su ciudad condal.


            Aunque el término Cabildo es el más común, a veces también nos encontramos el de concejo, pero raramente (hasta ahora nunca para los siglos XVI-XVII) el de Ayuntamiento, ya que igual que sucede en nuestros tiempos se refería al edificio o, en otros casos al mero hecho de juntarse o “aiuntarse/ayuntarse”.

            Como ejemplo os mostramos una de las anotaciones más antiguas del legajo nº 1:



(1vº) [   ]  del mes de enero de 1581 años / Este día se juntaron a cabildo ordinario los seniores / Melchor de Parrales y Juan Roman, alcaldes ordinarios / y Alvaro Viera, alferez mayor y Juan Muñoz y Juan de Torrres / y Francisco de Segura y Diego Diaz Borrero, regidores, a este cabildo / vinieron el sr. Benito Cerezo y Francisco de Losa, procu- / rador sindico y el sr. bachiller Martinez/



Antonio Bonilla Giles
Pelayo Castillo Palacios

viernes, 12 de febrero de 2016

PEQUEÑAS GRANDES HISTORIAS, EL NACIMIENTO DE UNA INVESTIGACIÓN

Cuando en Niebla nos preguntan por la historia de nuestro pueblo, el abanico de términos está limitado a no más de una veintena: las murallas, el castillo, la iglesia, la pólvora, Alfonso X, el reino de Niebla, el Condado… Suelen referirse bien a construcciones monumentales, bien a hechos dignos de enciclopedias de estanterías. No deja de ser la historia de los hechos extraordinarios, pero, ¿Qué pasó con los iliplenses corrientes?¿con los del día a día?

Probablemente no supongan ningún cambio crucial en el devenir de los siglos pretéritos de Niebla, pero es lo que en este momento el cuerpo (y la curiosidad) me pide; aunque no es menos cierto que responde a un proyecto antiguo tantas u tantas veces aparcado.

Igualmente para ser sincero debo reconocer que mi compañero de viaje en esta aventura iliplense tiene gran parte de culpa. No hace mucho que coincidimos en inquietudes, Antonio comenzó a preguntar curiosidades que le rondaban la cabeza, pequeñas cuestiones, incluso se leía las recomendaciones que yo mismo le hacía. Más tarde, al comenzar las charlas del club Raices (que espero continúen si el parchís lo permite), andaba yo inmerso en la ocupación francesa de Niebla durante la Guerra de Independencia, motivo por el que le pedí se preparase esa parte; mentiría si no dijese que esperaba de él lo mismo que de tantos y tantos que se me han acercado con el pretexto de nuestro pasado: tarde o temprano se acaban aburriendo; pero mi amigo Bonilla no sólo se lo tomó muy en serio, además empezó a demandar más trabajo y a buscar y rebuscar. Puede que alguien dude sobre el carácter investigador de este trabajo, pero, en mi opinión, este término no está exclusivamente reservado para los ambientes universitarios; como dice el refrán “hace más el que quiere que el que puede”.

El referido vínculo investigador siempre estuvo unido por reiteradas frases como “¿qué tienes para mí?”, o el consabido “me tienes abandonado”. Es difícil saciar una mente curiosa, pero entre ambos hemos encontrado un verdadero filón: nuestro Archivo Historico Municipal.


Desde hoy este blog se va a ir llenando de pequeñas historias locales salidas directamente de las personas que las vivieron y/o escribieron.

Somos un pequeño equipo de investigación que no pretende más que divertirse y, de paso, beneficiar con ello a cualquier interesado en nuestro pasado iliplense.
En el poco tiempo que llevamos trabajando ya nos hemos encontrado con temas tan sugerentes como: brujas, Inquisición, conventos desaparecidos, patrones desconocidos, la peste, etc. etc.

¿Os interesa? Si es así, poco a poco iremos desgranando la historia de la vida cotidiana de los iliplenses desde el siglo XVI.

Os esperamos aquí.


Antonio Bonilla y Pelayo Castillo 


lunes, 1 de febrero de 2016

PATRIMONIO PUBLICO

Recientemente se ha producido un verdadero atentado contra el Patrimonio Histórico de Huelva, concretamente en el yacimiento del Seminario.

El Arqueólogo diego González Batanero, con quien tuve el placer de comenzar mis estudios de Historia explica con meridiana claridad y, en mi opinión más que acertadamente, quiénes “somos” culpables de estas situaciones.


Por razones más que obvias no puedo evitar comparar la situación onubense con otra que me duele desde más cerca, la de mi pueblo. No nos engañemos, el del seminario no es un hecho aislado, por desgracia es mucho más común de lo que parece. Si no son los profesionales de la Arqueología, de la Historia, del Arte, del Patrimonio… nadie mueve un dedo por denunciar situaciones a todas luces ilegales.

¿Cuántas veces se nos llena la boca al hablar de “las murallas de Niebla”?, ¿del “Pueblo con más Historia de la provincia”?¿de dónde se “inventó la pólvora”?¿de un largo etcétera que la mayoría de las veces conocemos de oídas?

Crearemos muros en Facebook, se recogerán firmas para salir en numerosas clasificaciones (que por cierto no aportan más que ego), pretenderemos ser Patrimonio de la Humanidad, pondremos fotos de nuestros monumentos en las redes sociales, etc. etc. etc. Pero a la hora de la verdad, cuando hay que proteger nuestro patrimonio y “mojarnos” ya no es tan nuestro, ya pasa a ser del Ayuntamiento, de la Junta de Andalucía o incluso de esas Bellas Artes que vienen y te quitan tu casa como encuentren algo.

Cuenta la leyenda popular que un vecino encontró algo raro en la obra que estaba haciendo y rápidamente lo tapó con su hormigón correspondiente, pero claro, el vecino no hizo más que lo que lleva viendo en su pueblo desde siempre, incluidas obras municipales (en estos casos el hormigón también se puede cambiar por árboles). Forzando un poco el dicho creo sinceramente que “la incultura mató al patrimonio”; no soy tan ingenuo como para pensar que con una buena formación  se solucionarían los problemas, hace falta mucho más, por supuesto que mano dura también, pero claro ¿con qué argumentos convencen nuestros ediles al pueblo soberano de que el patrimonio es público?

Hoy los onubenses se rasgan las vestiduras e incluso hacen manifestaciones, mañana todo habrá pasado y volveremos a dejar indolentes que se cometan las barbaridades que, día a día, se repiten por nuestra geografía local.

Cada día me suenan más falsas todas esas vacías palabras que, copiadas de cualquier otro sitio, defienden su milenaria Ilipla a capa y espada.


Estoy totalmente de acuerdo con Diego en su afirmación de que “Todos somos culpables de lo que ha pasado”, pero mi sexto sentido me dice que seguiremos siendo culpables de lo que va a seguir pasando.