Recientemente se le ha
concedido a Quino el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades;
me alegra enormemente, aunque el nombrecito del premio me revuelva ligeramente
el café (por su nombre “Real”), pero reconocer labores positivas es algo tan en
desuso que nunca dejará de ser noticiable; seamos sinceros es más apetecible encender
la televisión y saber quién se acuesta con quién o quién insulta a quién.
He elegido una imagen de mi adorada Mafalda para esta
entrada de hoy, al fin y al cabo desde su infantil inocencia siempre ha hecho
reflexionar a muchos adultos, quizás no a los que debiera (también tal vez porque
lo de reflexionar no va en el cargo), pero tras esa primera sonrisa que produce
la viñeta o la tira de Quino se suele esconder un mensaje contundente y claro.
Casi hemos erradicado enfermedades a base de vacunas,
otras están prácticamente arrinconadas o en vías de extinción, pero… ¿y la
ignorancia?, la más temida de todas, porque la violencia creo que no es más que
consecuencia de la anterior.
Tampoco podemos quedarnos en las hojas del árbol del
mensaje, el tronco es lo verdaderamente peligroso. Violencia no se mide tan
sólo en cifras frías de mujeres y hombres asesinados por sus parejas, es
continua en nuestro quehacer diario. Violencia es ese comentario que se cuela
en el Facebook y que sugiere, cuando no miente deliberadamente sobre una
persona; violencia es el niño que queda apartado en el patio del colegio porque
no trae una camiseta del Barcelona o del Madrid, violencia es la que se utiliza
contra los que no tienen recursos porque también carecen de amigos o parientes
en los puestos claves; violencia nos rodea continuamente esperando que no
tengamos puesta nuestra dosis de educación.
Y no sólo me refiero a la educación intelectual que
deberían tener esos que hoy precisamente nos piden un papelito en una urna;
quizás más importante es la educación natural que se impartía en casa, con el
ejemplo, el respeto a los mayores, el no utilizar el engaño y la mentira, el
dar antes que pedir, etc. etc.
Lástima que no se vendan en farmacias, porque
necesitaríamos muchas dosis en nuestro entorno… mi consejo:
¡VACÚNATE, QUE ES MUY CONTAGIOSA!
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