"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

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El blog de Pelayo Castillo Palacios

viernes, 16 de agosto de 2013

TRADICION FIESTAS Y AUSTERIDAD

Estamos en crisis y no hace falta que lo escriba para enterarnos, el problema viendo las Fiestas que se nos avecinan es ¿somos conscientes de ello?

Simplemente con darte un paseo por el pueblo puedes palpar el pesimismo en el ambiente respecto a las fiestas: hay quien plantea que no tendremos Coronación por falta de Damas, otros se lamentan de que el número de casetas privadas es ridículo, quizás la calidad de los eventos…

Sinceramente y desde lo  que creo la postura más coherente reduciría los eventos (que no las Fiestas), las manifestaciones públicas que al fin y al cabo cuestan dinero al erario público y al privado. Cuando manifiestas esto la respuesta más repetida es que No podemos acabar con la tradición, si lo quitas se acabará perdiendo. Puede que fuese así, pero también tenemos tradiciones que se han recuperado más que honrosamente, como por ejemplo nuestra Semana Santa. Incluso hubo una época en la que no había equipo de fútbol y ahora vuelve a jugar el Iliplense.

Quizás estemos acostumbrados a medir la calidad de las Fiestas por el número de bombillas, la cantidad de vacas, el caché de los artistas, los trajes de las Damas, la calidad de la Revista del Ayuntamiento, el tamaño de la Caseta Municipal  o un sinfín de elementos materiales que no dejan de ser eso, manifestaciones artificiales y pasajeras que, además son periódicas.

Desde mi ignorancia en cuanto a los presupuestos festivos se me ocurren algunos cambios que contribuirían a una economía más acorde con la situación de muchos iliplenses sin ingresos.

De acuerdo que elementos intocables hoy por hoy son la Coronación y los encierros y capeas, pero ambos son susceptibles de recortes (por mucho que nos duela la palabra). En el primer caso por ejemplo, la actuación posterior a la Coronación no deja de ser un complemento y respecto a las capeas si se trata de no perder la tradición pues reducir su número a un par de días solamente.

Obvio los cultos y la procesión ya que su coste no sólo lo veo asumible sino que sin ellos no tendrían sentido las Fiestas, aunque si la asistencia a los actos religiosos fuese igual que a los encierros también daríamos sentido y coherencia a unas “Fiestas Patronales”. Si el recinto ferial se queda excesivamente grande trasladarlo a la Ronda de Jerusalén, queda igualmente recogido y centrado, pero a lo mejor ahorramos en alumbrado.

Quizás alguien piense que voy contra la tradición o que no me gustan las Fiestas, que con esos recortes se “deslucen”, pero mi concepto es un poco distinto. Las Fiestas de Septiembre, así con mayúsculas, siempre me han proporcionado ocasiones especiales y son éstas las que hacen que las considere importantísimas para los niebleros. Normalmente siempre aparece algún paisano que vive fuera y que aprovecha algún día de vacaciones para volver a su pueblo, a bote pronto se me ocurren un par de nombres, que no citaré por lo del agravio comparativo; una simple cerveza en cualquier rincón de Niebla y empezar con un ¿cómo va todo? Hace que tome conciencia de Virgen del Pino, intercambiar situaciones actuales y pretéritas, reírte de años más jóvenes…


La Fiesta la hacen las personas, no los toros, las luces, la música o cualquier otra cosa que se nos ocurra y esas personas siempre estarán ahí con un coste mínimo y un rendimiento máximo.


2 comentarios:

  1. Soy de tu misma opinión, lo que pasa que para hacer eso que tu dices hay que pensar, y no todo el mundo tiene esa capacidad... por eso no se paga. Un saludo

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    1. Pues tenemos un Ayuntamiento lleno de "técnicos" y "encargados" a los que se le supone que cobran por pensar, el problema está en que decisiones supuestamente antisociales perjudican futuras elecciones, ya se sabe "panen e circensis".
      Un saludo amigo Juanma.

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