Mira tú por donde, si antes escribo que se hacen pocos
eventos conmemorando el 750 aniversario de la toma de Niebla, nuestro
Excelentísimo Ayuntamiento nos regala con una ponencia de uno de los mayores
conocedores sobre Alfonso X. Así que, a rectificar tocan.
Ya el sábado por la mañana, mientras hacía las fotos de
la entrada “RINCONES”, vi un movimiento inusual en la puerta del consistorio,
así como presencias varias, unas habituales por no decir fijas y otras
excepcionales, pero claro, como no leí los innumerables carteles anunciadores
(ironía), ni la página web del Ayuntamiento (ironía) ni la de su vocero oficial
(ésta lo ha publicado pero hoy martes, una vez acaecidos los hechos), era
imposible saber lo que se cocía. Bueno, probablemente se haya publicado en el Facebook
del gabinete de prensa del ayuntamiento, pero como en ese estoy vetado por contestatario…
Esta desinformación supongo que se debe a no llenar el salón de catetos de pueblo que
no supiesen apreciar un nivel tan alto de erudición (seguimos con la ironía).
Ahora
aparco la ironía y paso a la mala leche: puede que seamos pocos los que nos
interesemos por la cultura y la historia de nuestro pueblo, puede que seamos de
pensamientos políticos distintos, puede incluso que molestemos porque protestamos
cuando algo no nos gusta, pero me parece una FALTA DE CONSIDERACIÓN hacia el
resto de los iliplenses que hubiésemos tenido la oportunidad de oír a Don
Manuel González Jiménez.
Supongo
que hacerse la foto con el libro en la mano queda bonito para la galería (luego
hay que leerlo). Quizás la excusa pueda ser el aforo del local, cosa que dudo
porque toda la ralea de “eruditos acompañantes” suelen desaparecer cuando se queda
sólo el ponente y los políticos hacen mutis por el foro. Tal vez la razón es que “no está
hecha la miel para la boca del asno”, pero este asno quiere dejar de serlo y
pide las mismas oportunidades que los demás, y cuando le tocan la moral se
revuelve y muerde.
Ya
sé que nuestros gobernantes sólo quieren lo mejor para nosotros y para
aburrirnos con una charla sobre “el de la estatua de la Plaza de la Feria…
bueno el que estaba antes del moro”, mejor los llevamos a hacer un programa de
televisión, ya sabemos: “panen et circensis”.
Vaya
desde aquí mi agradecimiento y el de otros que les hubiese gustado asistir pero
que, desgraciadamente, no estábamos a la altura (para terminar también con
ironía), a todos aquellos organizadores de eventos municipales que, como fieles
estómagos agradecidos, se ocupan de alejar al pueblo que pide cultura.